La mayoría de estudiantes de inglés se plantean la posibilidad de viajar a un país de lengua inglesa para aprender inglés, mejorar o adquirir fluidez. Pero para poder hacerlo implica, en muchas ocasiones, salir de tu zona de confort.
Tomar la decisión de salir de tu zona de confort nos hace recordar lo mucho que se puede disfrutar y aprender. Existen muchas razones por las que evitar afrontarnos al desafío: la familia, el tiempo, la edad o el dinero. Pero aquí te daré una lista de razones para hacerlo:
- Reforzamos el speaking (hablar) ya que nos ayuda a conocer distintos acentos, utilizar el idioma en situaciones cotidianas y a mejorar nuestra pronunciación.
- Es una motivación constante. El hecho de vivir en otro país, conocer una cultura distinta al mismo tiempo que nuevas personas, te empuja a querer seguir aprendiendo.
- Nos pone a prueba. Con el aprendizaje se adquieren no solo nuevos conocimientos, sino también otras competencias y recursos que te ayudan a estar preparado ante las acciones espontáneas, no planificadas.
- Además de como inmersión cultural, las estancias en el extranjero sirven también para reforzar el listening (escuchar), una de las destrezas que más suelen costar.
En mi caso, fue una decisión que tomé cuando terminé la carrera. Quería seguir mejorando y aprendiendo por lo que decidí irme un año a Mánchester, UK. Allí conviví con una familia nativa lo que me permitía hablar en inglés las 24 horas del día, todos los días. Eso es clave a la hora de aprender un idioma: no limitarte a usarlo solo dentro del aula.
Salir de tu zona de confort es básicamente afrontarnos a situaciones con las que no tenemos que lidiar diariamente, en el aprendizaje del idioma te ayuda a perder la timidez de usar el inglés y vivir la experiencia sin que la barrera del idioma sea un impedimento.
Para crecer tienes que actuar, muchas veces, fuera de tu zona de confort.
TEACHER ANDREA GALLEGO GOICOECHEA