La autonomía lleva décadas siendo una de las palabras clave en la enseñanza de lenguas extranjeras: centrar la atención en el estudiante, fomentar los estilos de aprendizaje individuales y la responsabilidad propia.
La autonomía en el aula es la capacidad que tiene el alumno de tomar la iniciativa para aprender por su cuenta, permitiendo desarrollar la capacidad de gestionar y la toma de decisiones. En este aspecto, los profesores desempeñamos un papel muy importante: el de escuchar y motivar al alumno.

No se trata de dejar que los estudiantes lleven a cabo su propia enseñanza sino ayudar a formular objetivos y plasmarlos en el plan de estudio; poner a su alcance todo lo necesario para que puedan llevarlo a cabo al mismo tiempo que el alumno crea sus propias herramientas de trabajo. El profesor es el asesor y guía de todo aquello fundamental dentro del aprendizaje del alumno y la manera de llevarlo a cabo.
En el aprendizaje de un idioma, como el inglés, se intenta que el alumno tenga nuevas competencias, roles y comportamientos al mismo tiempo que responsabilidad en los distintos trabajos o proyectos. Esto fomenta la innovación, pensamiento libre y mayor sentido de la curiosidad.

Se trata de un proceso de metacognición (desarrollar conciencia y control sobre los procesos de pensamiento y aprendizaje) que permite poner el foco no sólo en aquello que se aprende sino en cómo se aprende.

Teacher Andrea Gallego Goicoechea